El calentamiento global afecta a la viticultura, las uvas y la composición del vino. Uno de los efectos del cambio climático es la pérdida de acidez y frescura de los vinos, lo que representa una verdadera preocupación para los enólogos y un desafío para la industria vitivinícola. El equilibrio de la acidez influye en la estabilidad microbiana, a la calidad del vino, pero también su capacidad para envejecer bien.
Para dar respuesta a este creciente problema, la biodiversidad es una increíble fuente de inspiración. Hemos seleccionado y caracterizado levaduras enológicas originales para la acidificación biológica, También conocida como bioacidificación, asociada a protocolos basados en nuestro profundo conocimiento del metabolismo de dichas levaduras con el fin de ayudar a mantener o mejorar la acidez y limitar la adición de ácidos exógenos, evitando así su indicación en el etiquetado del vino.
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